Las próximas elecciones presidenciales de 2024 y las campañas para elegir coordinadores de la Defensa de la Transformación y del Frente Amplio por México es una muestra de lo complejo que se ha vuelto nuestro acontecer nacional. Las aspiraciones y los intereses de los actores políticos y sociales parecen ir más rápido que las instituciones y las propias leyes electorales, y ha sido el propio árbitro, el Instituto Nacional Electoral (INE), el que ha flexibilizado la norma para no sancionar las campañas electorales adelantadas que todos vemos desde hace varias semanas atrás.
La oposición ve un país que se cae a pedazos, que se desmorona, destruido por el actual gobierno que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, mientras que el oficialismo asegura que el país se transforma a favor de los más desprotegidos, y que encabeza una fuerte cruzada contra la corrupción. Para demostrarlo, cada bando muestra sus datos y los acomoda de acuerdo a sus propios intereses.
La llamada cuarta transformación se ancla en el pasado y busca centrar toda la atención en otros gobiernos y no en el suyo, descalificando a todo aquel que señale sus errores, inhibiendo así el ejercicio del periodismo y la rendición de cuentas del ejercicio público, lo que afecta estos valores democráticos que son derecho de todo ciudadano.
Paradójicamente, cuando más oferta de información tenemos, con acceso a datos, documentos y videos públicos, muchas veces en tiempo real, también estamos más expuestos a procesos y dinámicas de desinformación, alimentada por haters, bots, influencers, postverdad y el “dataismo”, que nos hacen dudar de todo y nos dificultan la toma de decisiones. A los ciudadanos cada vez nos cuesta más trabajo escudriñar y diferenciar la información de calidad y cercana a la verdad de los hechos.
Querétaro es uno de los estados que más desarrollo económico tienen en el país, los capitales han generado ofertas de empleo y una alta migración por condiciones laborales, pero a la vez sigue siendo una entidad con un enraizado clasismo, racismo y homofobia. Y con pueblos originarios olvidados de ese desarrollo. Es uno de los estados más seguros del país que, sin embargo, se ha convertido en una de las entidades donde más decomiso de armas de fuego prohibidas se registran en los últimos años. Está en riesgo de convertirse en refugio de poderosos criminales que justo buscan lugares tranquilos para pasar desapercibidos.
En este contexto, la aparición de Puntofino.news es una muy buena noticia no solo para los queretanos, sino para todos aquellos que buscan un puerto seguro a donde llegar y recibir buena información, verificada, precisa, confirmada, que sirva a la ciudadanía y respete la inteligencia del lector. Quisiéramos que este nuevo sitio digital haga honor a su nombre y revise al poder público y privado, de los tres niveles de gobierno, de todos los partidos políticos, y de los poderes legislativo y judicial. Lo esperamos dadas las sólidas bases y la experiencia que tiene su director, forjado en el camino del buen periodismo y la comunicación.
Nos urge también fomentar el debate y la participación ciudadana para el mejor funcionamiento de la sociedad, porque en el actual entorno todo pasa por la polarización y la creencia de que un solo hombre, López Obrador, es el responsable de todo, lo bueno y lo malo que le sucede al país. Hemos perdido de vista que los cambios profundos que ha tenido el país fueron producto de acuerdos entre actores políticos con intereses muy antagónicos que, sin embargo, lograron ponerse de acuerdo. Así nació el IFE, el Trife, el IFAI, y se dio paso a la elección, por la vía del voto, para elegir al primer jefe de gobierno de la Ciudad de México en 1997.
En este río revuelto de desinformación, entre tanta basura, cacharros y residuos tóxicos, cuesta mucho trabajo seleccionar los materiales de utilidad que valen la pena para acercárselo a los ciudadanos. Que un medio de comunicación lo haga para los lectores de Querétaro es de reconocerse y celebrar. Larga vida a Puntofino.news