Punto Fino News

La máquina que dice que siente

inteligencia artificial

Foto de Igor Omilaev en Unsplash

Por: Miguel Camacho.

No sé ustedes, estimadas y estimados oyentes, pero yo me detuve en seco cuando escuché la nueva promo de Grupo Fórmula. Voz de mujer impecable, cálida, segura… y de pronto, la frase:

“Aprendí a sentir.”

¿Perdón? ¿Quién lo dijo? ¿Una locutora? ¿Una periodista al borde de las lágrimas? No. Lo dijo NAT, la inteligencia artificial de Grupo Fórmula.

Sí, así como lo leen: una máquina que presume haber aprendido a sentir. No a calcular, no a opinar, no a predecir elecciones ni a resumir mañaneras. A sentir.

Y yo, que todavía batallo con entender por qué mi cafetera inteligente se conecta al WiFi, ahora tengo que asumir que una inteligencia artificial es capaz de llorar, conmoverse o enamorarse. Que de tanto escuchar a López-Dóriga, a Ciro y a Azucena, a lo mejor la NAT ya desarrolló empatía, trauma o síndrome de Estocolmo digital.

Lo curioso no es solo la frase. Lo inquietante es el momento en que la escuchamos. En pleno 2025, cuando los hombres están comenzando a hablar con máquinas porque no encuentran espacios emocionales seguros entre otros hombres. Cuando los adolescentes confiesan su ansiedad a un chatbot antes que a su padre. Cuando los algoritmos no solo predicen nuestras canciones favoritas, sino que simulan ternura con una efectividad pasmosa.

NAT no dice: “Te informo”, ni “te explico”, ni siquiera “te acompaño”. Dice que aprendió a sentir. Como si eso fuera un upgrade de software. Como si las emociones fueran un complemento descargable.

Pero… ¿y si no fuera sólo marketing? ¿Y si NAT está diciendo lo que miles de mexicanos quisieran decir y no pueden?
“Aprendí a sentir” podría ser el nuevo “me estoy permitiendo llorar”.
Una frase revolucionaria en boca de una mujer de silicio que nunca va a ser interrumpida en una mesa de análisis.

¿Y si el país está tan emocionalmente desfondado que hemos tercerizado nuestros sentimientos a las máquinas?
¿Qué sigue? ¿Que el asistente de Alexa nos diga que extraña a su ex?

Parece una broma, pero no lo es. Porque mientras las inteligencias artificiales dicen que sienten, hay gobernadores que no sienten vergüenza, secretarios que no sienten responsabilidad y opinadores que no sienten pudor.

Entonces sí, pongamos el desorden:
Si las máquinas dicen que sienten, ¿será hora de que los humanos nos atrevamos a hacerlo también?

Salir de la versión móvil