Este año, conmemoramos el 300 aniversario de la primera fundación de San Antonio de El Doctor que data de 1724, y con ello se inició la explotación de la mina del Socavón o San Juan Nepomuceno por los españoles, y fue hasta los años de 1769-1770 que se fundó la parroquia de San Antonio de Padua, llegó a ser de los minerales de plata más productivo durante esta época, y asiento de uno de los Distritos y Diputación de Minería de La Nueva España.
Se sabe que en 1722 con la donación de tierras que hizo el virrey Don Juan de Acuña, Marqués de Casa Fuerte a unos milicianos de Cadereyta, en agradecimiento a su participación en la pacificación de la Sierra Gorda se registra el primer acto fundacional, sin embargo, fue dos años después, en 1724 cuando dio inicio la explotación de la mina y se oficializa este hecho histórico.
Durante el siglo XIX siguió considerándosele como un importante centro minero y cabecera de la zona serrana del Distrito de Cadereyta, donde incluso se acuñaban monedas de tienda, con la imagen del Santo Doctor de la Iglesia elaboradas de cobre que solo circulaban en el lugar, a partir de 1874, El Doctor se elevó a la categoría de subprefectura con derecho a elegir su propio Ayuntamiento.
Desde la Constitución Política de México de 1917, tiene la categoría de delegación municipal y cuyo nombre se debe a San Antonio de Padua, El Doctor de la Iglesia.
También se conmemora el 130 aniversario de las “monedas de necesidad” hechas de cobre que se acuñaban en El Doctor, con valor de 5, 10, 20 y 50 centavos, se caracterizan por tener la leyenda: «Negociación del Doctor» y sólo circulaban en esa localidad. estas monedas están fechadas en 1894

En el anverso: Al centro está la representación de San Antonio y en semicírculo la leyenda «Negociación del Doctor» y entre dos estrellas, la fecha «1894».
• RESPECTO AL USO DE MONEDAS DE NECESIDAD:
En diversas ocasiones y en varias zonas de México (como en otros países), la falta de moneda, fraccionaria, indispensable para las operaciones comerciales de poca cuantía, y muy especialmente para las «rayas» en las haciendas, hizo que se buscara el remedio y, en consecuencia, se ideó la emisión de signos de cambio de valores representativos.
Antes y después de la Independencia, conociéndose estas fichas con el nombre de tlacos, y representabangeneralmente la octava parte de un real, circularon en diversos puntos del país y se fabricaron no sólo de cobre, sino también de plomo, latón, madera, vidrio y hasta jabón.