Conéctate con nosotros

Opinión

“Origen de las Calaveritas de Azúcar”, por Heidy Wagner Laclette

Publicado

on

La tradición de pedir calaverita en México se originó en la época colonial y tiene su origen en la herencia del Día de Muertos prehispánico, el día de Todos los Santos cristiano, y las largas jornadas laborales.

Una leyenda cuenta que la tradición se originó cuando un niño macehual (Los macehuales eran una clase social en la sociedad azteca que se encontraba por encima de los esclavos, pero por debajo de los nobles. Se dedicaban principalmente a la agricultura y la producción artesanal, eintercambiaban sus productos en el comercio local o regional), este niño no tenía dinero para poner la ofrenda a sus muertos y decidió pintarse la cara para que le dieran comida, pan y fruta.

Las calaveritas de azúcar, por su parte, tienen su origen en el «tzompantli», altar utilizado en la antigüedad en el que se colocaban cráneos como recuerdo de los seres queridos que fallecían.

Ahora bien, el arte del azúcar llegó al Nuevo Mundo de la mano de los misioneros italianos en el siglo XVII . La primera mención del arte del azúcar en la Iglesia se remonta a Palermo, en la época de Pascua, cuando se hacían pequeños corderos y ángeles de azúcar para adornar los altares laterales de la Iglesia Católica.

México, un país con una producción azucarera abundante y demasiado pobre para comprar elegantes decoraciones para iglesias importadas de Europa, aprendió rápidamente de los frailes a hacer arte en azúcar para sus festividades religiosas. Las figuras de azúcar moldeadas en arcilla de ángeles, ovejas y calaveras de azúcar se remontan al período colonial del siglo XVIII.

Las calaveras de azúcar representaban un alma difunta, tenían el nombre escrito en la frente y se colocaban en la ofrenda o lápida del hogar para honrar el regreso de un espíritu en particular. El arte con calaveras de azúcar refleja el estilo de arte popular de grandes sonrisas felices, glaseado colorido y adornos brillantes de hojalata. Las calaveras de azúcar requieren mucha mano de obra y se fabrican en lotes muy pequeños en las casas de los fabricantes de calaveras de azúcar. Estos maravillosos artesanos están desapareciendo a medida que las calaveras de caramelo fabricadas e importadas ocupan su lugar.

Una de las técnicas que introdujeron los españoles en México, fue el alfeñique, la cual a su vez tiene su origen en la cultura árabe. Así, el alfeñique utiliza azúcar, agua caliente, clara de huevo y limón para crear una masa moldeadora parecida al caramelo llamada “chautle” y así, realizar diferentes figuras, como las famosas calaveritas de dulce para el Día de Muertos.

Aunque su elaboración es delicada, con el alfeñique es posible hacer no solo calaveritas, sino también ataúdes, tumbas, mariachis, cocineras, calacas y catrinas, las cuales suelen colocarse en las ofrendas. Actualmente, el alfeñique es una técnica reconocida que incluso tiene festivales en estados como Puebla, Guanajuato, Estado de México, Michoacán y Oaxaca, donde se puede apreciar cómo los artesanos trabajan esta técnica con distintos moldes.

El proceso para elaborar calaveritas con la técnica de alfeñique se denomina “vaciado”, en la cual el azúcar se disuelve en agua y se deja hervir por una media hora hasta que espese, agregándole un poco de limón. Una vez que la mezcla está espesa, los artesanos baten rápidamente para que esta logre cristalizar y pueda ser vaciada en moldes generalmente de barro, aunque también se usan de madera y bronce.

Cuando el azúcar empieza a cuajar, el molde se voltea rápidamente para que un poco de la miel interior escurra y las calaveras queden huecas. Por último, las calaveras se sacan del molde ya secas y se decoran con “betún”, hecho con clara de huevo, azúcar glass y colorantes.

Opinión

El rito a la muerte de los antiguos mexicanos, por Heidy Wagner Laclette

Publicado

on

Por

En ocasiones nos preguntamos qué fue primero ¿el rito o el mito?, para ubicarnos mejor en esta concepción; en la memoria colectiva se tiene la creencia en fenómenos inexplicables asociados a la naturaleza o que no tienen una explicación lógica; así surgen las leyendas y los mitos; del arraigo de estas creencias surgen los ritos, que se convierten en tradiciones que pasan de generación en generación.

Para los antiguos mexicanos, muchos años antes de la conquista, existían mitos que se convirtieron en ritos en torno a la muerte. Se creía que el que fallecía viajaba al Mictlán o lugar de los Muertos donde viviría eternamente. El miedo a perecer no sólo no era común, sino que se creía que era una virtud; las personas que fallecían se transformaban automáticamente en dioses y el fenecer representaba vivir eternamente; aunque no por este hecho todos pensaban en dejar de existir.

Grupos de guerreros, por ejemplo; consideraban morir en batalla como parte de un sacrificio a los dioses, siendo esta acción privilegio y cualidad de unos cuantos, lo cual podría significar también, alguna forma de manejo ideológico y ejercicios de poder, dentro de un grupo social.

Hoy en día podemos conocer la manifestación del culto a la muerte en las civilizaciones prehispánicas (como Miccahuitl); por medio de esculturas, pinturas, códices y leyendas, de los cuales se deduce que dicho culto, más que un ciclo era concebido como un proceso ritual basado en mitos dualistas como la lucha entre Tezcatlipoca y Quetzalcóatl, el día y la noche, el frío y el calor; aquí cabe mencionar esta leyenda: Fray Bernardino de Sahagún (La Historia General de la Nueva España), describe a Tezcatlipoca como el dios de la fatalidad considerándolo una de las deidades más extrañas y enigmáticas que, como ninguna otra de las creaciones míticas de los mexicanos, parece sentir y pensar, convirtiéndose en un malvado profesional al participar en actos negativos como discordias, enemistades, condicionando guerras y fatalidades.

 Es un dios representado por un jaguar, que; como fiera y para poder asaltar al hombre de noche, devora al sol, es el que priva al mundo de luz y calor, es el que lo sabe todo. Es también Yoalli Ehecatl (Viento Helado) ‘Sombra Gris’, su nombre significa ‘Espejo que humea’, ya que donde debería estar el pie que le falta lleva aquel funesto espejo, con el que ve todo lo que sucede en la Tierra.

En la antigüedad se le temía más a Tezcatlipoca como dios de la fatalidad y la maldad que a la propia muerte. Dentro de las creencias del México antiguo en torno a la vida eterna y la estratificación después de morir; se puede decir que de todas las culturas, la mexica, por su origen de pueblo guerrero; estaba ligada íntimamente al acto de morir.

Los aztecas o mexicas consideraban que el universo estaba integrado por dos planos, uno vertical y otro horizontal, en el punto donde se cruzaban estaba el centro u ‘ombligo’ del mundo y es ahí donde se encuentra localizado el Templo Mayor de los aztecas (en el Zócalo de la ciudad de México). Por eso este lugar se considera sagrado; el mexica es el pueblo elegido, es el centro del universo; consideraban arriba como el nivel celeste y abajo el inframundo. En el primero hay trece cielos; empezando en donde están la luna y las nubes; en el segundo las estrellas, el tercero es el camino que sigue el sol diariamente; en el cuarto está Venus; por el quinto pasan los cometas; los siguientes tres se representan con colores; en el octavo se forman las tempestades; a partir del noveno se encuentran los dioses.

El nivel inferior o inframundo, tiene nueve pasos antes de llegar al Mictlán (Mundo de los Muertos). Dentro de las costumbres funerarias de los aztecas; al morir una persona se le doblaban las piernas en actitud de estar sentado, amarraban sus brazos y piernas firmemente al cuerpo, para depositarlos después en un lienzo acabado de tejer, al cadáver le colocaban una piedra verde en la boca que simbolizaba el corazón del difunto, mismo que tendría que ser entregado a los dioses durante su camino al Mictlán, a continuación cosían el lienzo con el cadáver dentro y ataban a él un petate. Consideraban que después de transcurrir cuatro años de fallecer, el muerto llegaba a su destino final, ocupando su lugar en el noveno inframundo donde reposará eternamente.

Entre los nahuas de la sierra norte de Puebla, realizan varios procedimientos rituales al morir una persona que permiten lidiar con la mortandad y la muerte. En principio, al muerto se le baña, viste, y sepulta; en ese proceso intervienen un número considerable de personas; así que, todo aquel que estuvo en contacto con él, debe ser “limpiado”. La teoría nahua considera que los difuntos desprenden mihkayotl -es decir, mortandad- que impregna todo lo vivo y lo marchita. Para lidiar con este efluvio nefasto se realiza el ritual de nawi tonale, destinado principalmente a enfriar y barrer a las personas y objetos que estuvieron en contacto con el muerto. De lo contrario, marchitarán la vida vegetal y animal.

La comida es otro elemento vital en la relación entre vivos y muertos en la tradición nahua. Desde el primer día que el difunto está tendido, aún en su domicilio, se coloca un plato de comida a lado de su féretro. Así será en lo subsecuente hasta que se le lleve a sepultar. El día de la sepultura se colocará nuevamente comida encima de su tumba. De hecho, siempre que se establece una relación “delicada” la comida está presente; las divinidades son convencidas mediante alimentos: ellas mismas solicitan ciertos platillos o bebidas, además de ceras y flores, sobre todo en ciertos contextos de enfermedad.

Es decir, la dotación de alimentos, flores y ceras están presentes y, por lo general, median las relaciones que establecen humanos y no-humanos, los nahuas y los no nahuas. Del mismo modo, el día del entierro se lleva comida a la sepultura y se coloca un plato de comida en el sitio donde estuvo tendido el difunto. Además, en su ataúd, el muerto lleva consigo 7 tortillas miniaturizadas de maíz y 7 tortillitas de ceniza, un guaje con agua y tapado con zacate. Todo este alimento es su itacate para el viaje.

Se lleva consigo, además, costales con su ropa y, en caso de ser varón, lleva en miniatura un arado y un machete de madera para trabajar en el otro mundo. Las mujeres, por su parte, llevan un telar de cintura miniatura, además de dos pequeñas ollas de barro con ceniza del fogón y de temazcal, todo ello para refundar su hogar en okse Tlaltikpak.

Los niños y los no casados, además de los chamanes, tienen un destino post mortem distinto. En el primer caso, dado que no son personas “completas”, su destino no es el Miktlan. En el caso de los chamanes, al morir se suman a las divinidades pluviales.

De tal manera que la concepción que tenían los antiguos mexicanos de la muerte era diversa; ellos pensaban que al morir existía una metamorfosis o transformación, primero se convertían en sol, después en ave (generalmente en colibrí) y posteriormente llegaban al paraíso de Tláloc o Tlalocan. Esto dependía del género de muerte en que se abandonara la vida, los que morían sacrificados o en combate se convertían en compañeros del Sol, al igual que las mujeres que morían durante el parto y los que morían ahogados o de enfermedades hídricas (ocasionadas por el agua) iban a Tlalocan (lugar de Tláloc, dios del agua).

Cabe mencionar que en la época prehispánica no se tenían los conceptos de cielo e infierno; en otras culturas como la de los mayas del sureste de México, los señores escogían plataformas de sus templos para el reposo eterno, estas circundaban las tumbas de los gobernantes como muestra de honor y respeto, el cadáver se colocaba sentado en un ataúd de madera acompañado de ofrendas de cerámica y otros utensilios y bienes.

Como parte de esta ceremonia luctuosa, se sacrificaban de uno a tres individuos, generalmente niños y adolescentes que acompañarían en su ‘viaje’ al muerto. El difunto principal era rodeado por hermosos vasos funerarios, metales, bebidas y alimentos, así como los enseres para su preparación. El cadáver se adornaba con perlas, jade, garras de jaguar, incensarios de barro, algunos con adornos alusivos a la muerte así como tejidos finamente trabajados.

Continuar Leyendo

Opinión

Las ferias tradicionales de México, en la opinión de Heidy Wagner Laclette

Publicado

on

Por

Las primeras ferias en México se instalaron en lugares de gran afluencia mercantil, como los puertos de Acapulco y Xalapa, durante el Virreinato. Estas ferias incentivaban el comercio.

Desde antes de que Cristóbal Colón descubriera América, en el territorio ahora conocido como México, se desarrollaban las principales culturas aborígenes, ya existían eventos parecidos a las ferias. Así lo narra Bernal Díaz del Castillo en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España cuando se refiere al gran mercado de Tlatelolco, donde se comerciaban infinidad de productos del campo y de toda índole. Ahí concurrían múltiples compradores y vendedores de diversas partes del imperio.

Con la llegada de los españoles a territorio mexica las actividades comerciales se intensificaron, generándose la necesidad de abrir más mercados, ya que era uno de los mejores sistemas para fomentar el fenómeno de compraventa de los productos. De esta manera comenzaron a establecerse las ferias en todo el territorio.

La Feria de Xalapa se remonta al año de 1720 gracias a los comerciantes españoles que buscaban un lugar menos caluroso que el puerto de Veracruz, por su parte Acapulco ha tenido ferias desde el siglo XVI, cuando el arribo del Galeón de Manila era el evento más importante del virreinato.

Los comerciantes de todo el virreinato y de otros virreinatos se trasladaban a la feria para descargar el galeón, verificar la carga, definir los impuestos a pagar y negociar las mercancías. Hasta mediados del siglo XVI, llegaban comerciantes del Perú, pero luego se prohibió esta práctica.

Durante la Colonia, también se reunían mercaderes de diverso origen en Querétaro esta exposición industrial tuvo lugar en 1882. El evento se inauguró con grandes festejos y se consideró una táctica para atraer nuevas industrias e impulsar las ya existentes, esfuerzo al que se sumó ese mismo año la puesta en marcha del Ferrocarril Central Mexicano en tierras queretanas.

Estas ferias regionales también se llevaron a cabo a las afueras de Saltillo, Zacatecas y Toluca. En estos lugares, los precios de los productos no estaban regulados por la reglamentación urbana de abastos, por lo que operaban como verdaderas zonas francas. Y desde luego debemos hablar de la Feria Nacional de San Marcos, que se lleva a cabo desde 1604 cada año en la ciudad de Aguascalientes entre abril y mayo, es considerada la feria más antigua y una de las fiestas más importantes del país.

Ya en el México independiente, Nicolás Bravo se dirigió al Supremo Poder Ejecutivo con el fin de solicitar para Chilpancingo se le autorice realizar una feria anual, petición que le fue concedida según Decreto 40 de fecha 26 de marzo de 1825, expedido por el Congreso del estado de México (v. Feria de San Mateo, Navidad y Año Nuevo).

Ahora bien, el concepto “Feria” tiene varias acepciones. Proviene del latín feria: día de fiesta, y se define como un mercado de mayor importancia que los ordinarios, ubicado en lugar público y en días señalados, durante un periodo que puede ser de una semana o más, por lo regular anuales o recurrentes.

A las ferias pueden concurrir comerciantes y productores, lo mismo que distintos compradores, por lo que logran gran relevancia y hay una fuerte derrama económica en beneficio de todos, principalmente para los organizadores y el lugar sede. Algunas de las ferias coinciden con los festejos del Santo Patrono o Santa Patrona del lugar tal es el caso de la Feria de Cadereyta de Montes que desde 1971 se realiza durante la primera semana de septiembre, tomando en cuenta que el 8 es día de la Virgen del Sagrario.

Algunos de los juegos tradicionales en las ferias de México que los cronistas recuerdan son las canicas, tiro al blanco, lotería, tiro a la botella, futbolito y lanzamiento de aros.

También es importante saber que las ferias tuvieron su origen en el Oriente Medio durante la segunda mitad del Siglo IX a. C., aunque no hay mucha información sobre este asunto, la mejor fuente es la Biblia.

Al parecer el lugar donde se estableció la primera feria fue la ciudad de Tiro (situada en el actual Líbano) y fueron los comerciantes y marineros fenicios quienes dieron origen a esos eventos. Hay referencias también de otro sitio igual de importante en estas actividades, en aquellas lejanas tierras y no menos lejanos tiempos, llamado Betania, donde Herodes mandó construir un espléndido lugar de 3200 m2 cubierto y rodeado por un enorme muro para este fin por los años 40 a. C y el 4 d. C.

Continuar Leyendo

Opinión

Ciberresiliencia: la clave para la supervivencia empresarial

Publicado

on

Por

Autor: Ulises Cabrera, director de Microsoft Surface para empresas

El crecimiento acelerado de la digitalización hace que proteger los activos digitales se mantenga en la cima de las prioridades de las empresas durante los últimos años en México y en el mundo. De acuerdo con el Reporte de Defensa Digital de Microsoft, “Construir y mejorar la ciber resiliencia”, del 80 al 90% de todos los ataques se originan en dispositivos no gestionados. ¿Cómo podemos identificar y resolver problemas de seguridad en este escenario?

Desafortunadamente, las empresas serán blanco de ataques cibernéticos, esto es un hecho. Por lo que lo mejor que pueden hacer las organizaciones es prepararse e integrar a sus procesos de seguridad el análisis continuo de medidas fundamentales, que les permitan proteger sus datos, contraseñas, información sensible y, básicamente fortalecer sus medidas de seguridad para contrarrestar amenazas.

En otras palabras, las empresas necesitan ser ciberresilientes. Pero ¿qué es la ciberresiliencia? Es la capacidad de ser conscientes de esta realidad y empezar a tomar medidas precautorias en el asunto para minimizar la interrupción de las actividades empresariales y, asegurar la recuperación eficaz, en caso de presentarse algún escenario de riesgo.

Para seguir este camino, hemos identificado algunos componentes clave para todo tipo de empresa:

La protección de la información va más allá de la contraseña: Como parte de los esfuerzos de prevención, es importante ir más allá de las contraseñas y valerse de la doble autentificación apoyada con otras tecnologías. Por ejemplo, habilitando el acceso a través de datos biométricos, pueden ser huellas digitales o escaneo facial, lo que brinda un doble factor de autentificación. Hoy en día, los equipos de cómputo con Windows cuentan con el sistema de reconocimiento facial Windows Hello, sin embargo, la experiencia con un dispositivo Surface es algo aún más preciso, ya que sus cámaras infrarrojas logran escanear el rostro de los usuarios, identificando más de 300 puntos para garantizar el acceso, lo que se traduce en una certeza de seguridad mucho más robusta gracias a estos métodos denominados passwordless.

Lo mejor, es que empresas de todos los tamaños pueden aprovechar este filtro de seguridad para protegerse de amenazas avanzadas, ya que, con el inicio de sesión biométrico tendrán la confianza de que su información está bien resguardada, pues este método de acceso es uno de los más difíciles de replicar; garantizando únicamente el acceso de los usuarios autorizados al dispositivo. Además, la tecnología sofisticada de doble autenticación con datos biométricos brinda una interacción fluida entre los equipos y el sistema operativo para contribuir a la seguridad, mientras que se mantiene un ritmo de trabajo productivo.

Es imperativo aplicar estrategias de Protección de Datos Sensibles: Actualmente, es clave que cada colaborador en una empresa esté consciente de la importancia de su rol para evitar una filtración de información. Conforme al reporte mencionado al inicio, durante 2023 se observó que los usuarios solo informaron de intentos de phishing el 11.3% de las veces, sin embargo, informar de los intentos de phishing sería lo mejor para ayudar a los equipos de seguridad a identificar las amenazas entrantes. Es así como las empresas enfrentan el reto de equipar a cada miembro de la organización con las herramientas adecuadas (hardware y software) para impulsar la productividad y la colaboración en un panorama de trabajo híbrido sin comprometer la seguridad. Un ejemplo, es la tecnología Trusted Platform Module (TPM), diseñada para proporcionar funciones de seguridad basadas en hardware; ya que este chip TPM incluye múltiples mecanismos de seguridad física que lo hacen resistente a la manipulación, y el software malicioso es incapaz de alterar las funciones de seguridad; logrando encriptar y proteger los datos en un ambiente aislado para almacenar contraseñas, PINS y certificados.

Elegir dispositivos ciberresilientes: Contar con equipos de cómputo capaces de garantizar la continuidad operativa es de gran valor para las empresas, pues no solo responden ante las amenazas, también protegen la integridad de los datos y sistemas; generando mayor confianza en el flujo de trabajo entre los colaboradores y los clientes.

De hecho, según un informe comisionado en 2022 a IDC Research por Microsoft, las empresas que poseen Surface pueden experimentar hasta un 34% menos de incidentes de seguridad, lo que reduce el tiempo dedicado a la respuesta a incidentes de seguridad. Al momento de elegir los equipos, es importante considerar puntos como evaluar el inventario actual, identificando cualquier carencia o riesgo en términos de funcionalidad, antigüedad, actualizaciones o seguridad, así como comparar distintas opciones de dispositivos considerando sus características, ventajas e inconvenientes. Asimismo, vale la pena consultar a expertos o proveedores para obtener orientación sobre la selección adecuada de dispositivos conforme a la industria y poner a prueba el rendimiento de los dispositivos seleccionados.

Nunca bajar la guardia: La ciberresiliencia es un proceso diario que nunca termina, el panorama de amenazas es cada vez más desafiante, por lo que estar al tanto de las vulnerabilidades y ser cautos con cualquier información sospechosa es tarea de todos y no sólo un esfuerzo del equipo de TI dentro de una organización. Por ello, las empresas podrán conseguir tranquilidad al contar con un aliado que habilite funciones de seguridad siempre activas para mantener los datos, los dispositivos y las identidades más seguros que nunca. Bajo este contexto, las funcionalidades de Microsoft Surface empoderan a los profesionales de TI, permitiéndoles activar y desactivar componentes de hardware esenciales (cámara, Bluetooth) en ubicaciones hiperseguras para una protección avanzada.

Dado que los riesgos de seguridad son latentes, vale la pena recurrir a otras herramientas que ayuden a mitigar el acceso a datos no autorizados mediante la mejora de la protección, ya que, al implementar características de seguridad específicas, es posible abordar las amenazas de robo de datos o exposición de dispositivos perdidos, robados u obtenidos inapropiadamente. Esta medida cobra gran relevancia por su capacidad de bloquear el proceso de inicio de sesión hasta que el usuario proporcione un número de identificación personal (PIN) o inserte un dispositivo extraíble que contenga una clave de inicio, brindando autenticación multifactor.

Con esto en mente, las empresas que buscan fortalecer su estrategia de seguridad deben reconocer la importancia de evaluar las medidas que implementan actualmente, así como los dispositivos con los que cuentan; para entender qué tan resiliente es su sistema y cómo llevarlo al siguiente nivel. Así como los puntos anteriores, algunos otros factores a considerar para ayudar a las empresas a redefinir la planificación de la seguridad incluyen también una definición de la inversión destinada a las actualizaciones de dispositivos para garantizar el mantenimiento de la seguridad, así como determinar cuánto costaría una violación de esta.

De igual manera, es importante conocer los espacios donde se crean vulnerabilidades en comparación con las soluciones de su ecosistema de seguridad actual, con la finalidad de elegir equipos funcionales y poderosos que protejan el negocio en el espacio digital.

Continuar Leyendo

Lo más visto